Profesor de Yoga, Gregorian Bivolaru
”Cuando miramos con atención y lucidez alrededor nuestro, descubrimos con asombro, un fenómeno raro que en apariencia es enigmático.
La gran mayoría de los humanos que son inertes e ignorantes, son como pedazos de hielo cuando se les revela algunas verdades divinas ocultas, es decir, profundamente espirituales o cuando se les ofrece de regalo revelaciones espirituales iniciáticas nuevas y de valor, que transforman en una manera profunda, benéfica y duradera, sólo a aquellos pocos que son verdaderamente preparados para recibirlas como corresponde.
Los pocos logran, sin duda, estas realizaciones conforme al aforismo: ”un gramo de práctica vale mas que toneladas de teoria” una práctica atenta, correcta y perseverante.
Más allá de todo esto, constatamos que a menudo muchos, se manifiestan justo como un fuego devastador que es alimentado por combustible y que a penas les susurran al oído, bajo la mascara de ”gran secreto”, las mentiras más increíbles, chumeríos venenosas, calumnias que se orientan en contra de una escuela espiritual que tiene mucho valor y que ha probado ya plenamente su eficacidad y autenticad (y que obtuvo en varios oportunidades, de parte de las autoridades, el veredicto de inocencia y de ser una escuela espiritual auténtica).
En estas situaciones, algunos pobres crédulos se dejan con pasividad ser manipulados para escuchar todas estas mentiras inventadas hábilmente y sin vergüenza.
Con una gran facilidad y con una ingenuidad asombrosa ellos creen. Sin embargo, no hacen el más pequeño esfuerzo para verificar si estas aberraciones que les son dichas ”en voz baja” al oído, tienen o no, un fundamento verdadero. La explicación del fenómeno es simple si tenemos en cuenta la predominancia en estos seres, de los procesos de resonancia baja e inferior que existe y persiste en su universo interior y así los hace reaccionar en esta manera pasiva y crédula a todo que significa chusmería, calumnia y mentira.
Por causa de estos fenómenos que son evidentemente de resonancia inferior conectados con los planos inferiores energéticos, los malos, los inactivos, los chismeros, los que en realidad presentan graves tendencias demoníacas, los que son en realidad son mediocres y siempre descontentos, se juntan muy rápido (justo por el hecho que ellos se parecen) y después comparten con placer perverso uno al otro todas ”las basuras”, todos ”los venenos”, todas las dudas demoníacas, todas las aberraciones que ellos creen en seguida.
Después, con el mismo placer perverso, lo repiten, los amplían con una tenacidad llamativa y rara, levantándolos a dimensiones, cada vez más asombrosas dentro de unos grupitos ”secretos” pero desagradables en esencia, donde ellos se apuran para juntarse.
Después, sin darse cuenta sin embargo del”lodo infernal” en el cual ellos se hunden, estas pobres personas se desvían en corto tiempo del camino espiritual y quedan años prisioneros en estos grupitos, que más allá de las apariencias, representan sólo un hueco venoso, donde ellos caen cada vez más profundamente en el abismo demoníaco, que se abre en ellos mismos.
Tales seres humanos perdidos y testarudos se dejan con mucha facilidad, tentados de demonios y después , por el hecho que son ciegos espiritualmente, se complacen y no se dan cuenta que paran e interrumpen el proceso de su desarrollo espiritual sano y profundo y que regresan, por causa de estas caídas espirituales, en un estado larval, de una manera lamentable”.
El discípulo de Sócrates y la chusmería
Un discípulo vino muy agitado a la casa del sabio Sócrates y apenas entró por la puerta comenzó a decirle: Maestro, quiero decirte que hace dos días me entontré con un amigo tuyo que hablaba en contra tuyo cosas que yo quiero que tú sepas... Él comentaba a unos amigos suyos cosas increíbles. Así que si por casualidad yo llegué a tu casa quiero contarte todo para que así tu sepas que tipo de amigos tienes...
Entonces Sócrates sonrió y con un gesto lleno de compasión lo interrumpió y le dijo: - Mi querido, para un momento antes de hablar y piensa mejor. ¿Has pasado todo lo que quieres decirme por las tres esferas de la sabiduría?
Y el discípulo dijo:
- ¿Cuáles tres esferas? No las conozco. ¿Cuáles son las tres esferas de la sabiduría de las palabras? Porque yo no conozco nada sobre esto.
- Justo porque no sabes yo te voy a iniciar ahora en el secreto oculto de las tres esferas de la palabra sabia.– le dijo Sócrates.
- La primer esfera es la de la ”verdad verdadera”. ¿Has averiguado tú mismo con mucho cuidado y atención y descubriste finalmente que todo lo que intensionas decirme es pura verdad desde todos los puntos de vista? ¿Estás completamente seguro de que lo que quieres decirme es ”la verdad verdadera”?
- La verdad que no... – contestó el discípulo – yo sólo escuché a aquél amigo tuyo diciendo cosas asombrosas frente a unos amigos suyos.
- Entonces comienzo a entender lo que pasa. Pasamos ahora a la segunda esfera de la verdad de la palabra, cual es la de la”bondad y belleza”. Lo que quieres tú decirme, ¿Es algo bueno? ¿Es algo bello?
- No, al contrario es el opuesto... cuando te diga lo que decía este amigo tuyo sobre vos vas a temblar de disgusto y creo que te vas a enojar mucho...
- Ahá...! Comienza a ser cada vez más claro... Pasamos ahora a la tercer esfera de la sabiduría de la palabras cual es la de las ”necesidades y beneficios”. ¿De verdad crees que es necesario y que trae algún beneficio esencial todo lo que quieres contarme sobre lo que habló aquella persona?
- Sinceramente no. No considero aquellas palabras ni necesarias y tampoco traen algún beneficio. Con razón...
- Entonces – sonrió Sócrates- si lo que quieres decirme no es ni la verdad verdadera, no es algo bueno ni bello, no es ni necesario y ni atrae algún beneficio, mejor renuncia de contarme.
Desapégate completamente ahora mismo y ya que viniste de visita te aclaro que estoy más contento de hablar de cosas bellas, buenas y amorosas. Y si de verdad te interesan con alegría quiero compartir con vos mi experiencia sobre las ventajas eternas de la sabiduría.
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